Nací en Bogotá, Colombia, el año 1972. La infancia la pasé entre Bogotá y, principalmente, varias ciudades pequeñas de Colombia, con mi familia. A mis 9 años nos establecimos definitivamente en Bogotá. De esos lugares me quedan recuerdos y sensaciones de personas, paisajes y climas variados. Y sobre todo, de colores: aprender a nadar en los ríos de color cocacola en fincas de Santander, los aguaceros y la calidez húmeda y pegachenta cerca al Magdalena, la tierra roja de Santander en Barrancabermeja que, como lo indica su nombre, era bermeja, roja, en medio de los pastos verdes este color se abría paso de una forma que me parecía como carnosidades de la tierra, las llegadas a Bogotá, por la sabana. Siempre me impresionaba la belleza de la Sabana, la niebla y los colores, sus muchos verdes. Otro Gabriel, un tantico más conocido que yo, colombiano como yo, costeño para más señas, y escritor, Gabriel García, se dice que, de su llegada a Bogotá describió la dulce sabana así: \"Lo único que me ha hecho dudar que la Sabana de Bogotá sea lo más bello del mundo es el mar en algunos lugares. ¡Para que te lo diga yo!\". Estoy seguro que el otro García escritor, Federico, habría satisfecho su deseo de verde en mi anteriormente muy hermosa Sabana de Bogotá. Hoy en día se impresionaría de como la Sabana de Bogotá se llenó del gris del desarrollo económico: urbanizaciones, galpones e invernaderos.
De Bogotá me impactan sus contrastes (nuevamente los colores), la variedad de razas; mucho gris en el cielo y en la arquitectura, pero además los azules más azules en sus cielos, los verdes de sus prados, y muchísimo edificio rojo, color ladrillo. 
En el bachillerato el estudio no era mi mejor amigo, solo las clases de idiomas, geografía, y manualidades, arte o música. En el salón me despistaba una mosca, las chimeneas de las fábricas en la zona industrial donde estudiaba y, si me tocaba al lado de la ventana, los nudos o errores de los vidrios y el efecto de las gotas de la lluvia contra la ventana. Comienzo a dibujar con algo de interés en los años intermedios del colegio. Eran principalmente paisajes campestres. El recuerdo de las tierras Santandereanas aparece en mis dibujos escolares de estos años, en referencias a los caminos de tierra roja que, como heridas en la piel, se le hace al prado de tanto caminar sobre este. El dibujo era un refugio. Dibujaba además caras y cuerpos de mujeres y hombres sacados de revistas de moda, paisajes imaginarios y ciudades desconocidas, de revistas de turismo, dibujaba ropas y vestidos. Sin ningún interés artístico particular, más bien imagino que como ejercicio de identidad: buscaba el realismo en mis imágenes, por el gusto de conocer la gama de un color o una técnica, por llenar mi tiempo. No guardé casi ninguna imagen de esa época. Eros se paseaba con mucha frecuencia por estos dibujos.
En estos últimos años del colegio vendrían fiestas con compañeros y las grandes recochas. No tenía claro qué estudiar ya que podía ser arte, arquitectura u otras, por lo que pasé un par de años de indecisión al terminar bachillerato. Salir del colegio fue salir del clóset, un poco de descanso y vagancia haciendo un curso de inglés allí y uno de sistemas allá, las amistades, la rumba, ?living la vida loca?. Y por supuesto el dibujo y la pintura en los que volcaría sentimientos y experiencias. Estudio algunos meses dibujo y proporción de la figura humana en el taller del pintor bogotano Ricardo Monroy.
En 1990 entro a estudiar Bellas Artes. De los semestres pasados allí recuerdo principalmente las clases de Taller Básico, Expresión, Dibujo con modelo, Historia del Arte, Apreciación Estética y Pintura Zen. Se intensificaría mi gusto por plasmar la figura humana dentro de un concepto de trabajo más bien realista. Inicialmente, dentro de los artistas que más me impresionaron, estaban el bogotano Luis Caballero, el cartagenero Alejandro Obregón, el inglés Francis Bacon y siempre, Pablo Picasso. Habría luego interés por movimientos como el informalismo, el expresionismo , el surrealismo y la abstracción: Gaudí, Miró, Rotkho, Hundertwasser, O?Keeffe, Varo, Kandinsky, Cárdenas, Rojas y otros maestros y maestras a quienes agradezco. De escritores sobre el arte la imaginación y el simbolismo recuerdo con especial cariño a Bachelard.
Habitarán en las imágenes, en especial las de la primera etapa en la universidad Jorge Tadeo Lozano, un par de temas dolorosos que se me atravesaron en la vida en ese entonces, traduciéndose en frecuentes colores oscuros, formas de figuras frágiles como mariposas en las sombras de cuartos pequeños, paredes con puertas y ventanas cerradas o casas sin puertas ni ventanas, seres sin rostro, a veces con cadenas, rayos de luz débil, etc. Al mismo tiempo, con el amor llegará otro tema principal a mi obra: el esoterismo. Con su simbolismo llegará como caído del cielo para elevar y enriquecer mi imaginación. Todo esto me empujaría a simbolizar y abstraer. Las figuras humanas tenderán desde entonces a camuflarse mezcladas en el paisaje o se insinúan en elementos creados por el hombre, como barcas o escaleras, o espacios arquitectónicos como siluetas de edificios o de casas. Surgen en estas imágenes la sensualidad casi humana de las formas de la naturaleza y las posibilidades simbólicas o metafóricas que contienen.
Al salir de la universidad tengo la oportunidad de viajar por Suramérica y conocer algo de sus expresiones artísticas y artesanales, de participar en un par de exposiciones colectivas en galerías del circuito del arte en Bogotá y en algunos concursos, y de realizar algunas exposiciones en sitios no formales del circuito de arte, como ferias artesanales o ferias de arte: Feria de Artesanos de Córdoba - Argentina, Ministerio de la Protección Social, Atlantis Plaza Gallery, Academia de Artes Pierrot, Instituto Prodicom (Producción y Distribución Comunitaria), Arte Nuevo para Cali, Fundación Bogotá Arte Conexión ? BAC, Galería Sala de Espera, Galería Casa Cuadrada, en Bogotá. 
Técnicamente, mi proceso creador lo he trabajado en soporte bidimensional, dibujo y pintura y, en especial, la técnica del óleo por encima de otras ya que ésta me da la gran plasticidad de su lento secado. Le sigue la acuarela, por espontánea. He realizado pinturas con diversos materiales en las que expreso mi inconsciente, me interesa que cada obra sea una experiencia estética, plástica y creativa, en la que encuentre alguna novedad, a pesar de saber que de una u otra forma se vuelve a los mismos temas y la evolución del lenguaje suele ser lenta, y muchas veces se repite. Espero que el espectador sienta e interprete con libertad. Actualmente me atraen además del dibujo y la pintura, la artesanía, la escultura, la fotografía y lo digital, siendo este último el medio más adecuado para la forma de vida que he llevado los últimos 5 años: recorriendo nuevamente el país gracias a los trabajos con ONG´s, en especial una enfocada en Comunicación Comunitaria y Derechos Humanos, la Corporación Volver a la Gente, conociendo más a fondo las realidades de mi Colombia. 
El arte ha fortalecido mi admiración por la vida, por la relación macro/microcosmos y los fenómenos relacionados con la luz como elemento espiritual que se desenvuelve transformándose en seres y cosas. Interesado en el Yoga y en la Arteterapia, dicto talleres de educación informal con los que busco que la gente explore en su emotividad y desde allí exprese su potencial creativo.
Aterrizo este 2010 nuevamente en Bogotá y retomo el juego del color y las formas, por ahora con dibujos y transformaciones digitales de los mismos y de las imágenes creadas durante estos años de nuevos viajes. El nombre Preludios, de la presente serie de imágenes, hace referencia al inicio de una nueva etapa, con nueva firma, no renegando de la herencia paterna como le he oído en broma a parientes, sino como homenaje a la otra herencia poniendo el nombre de siempre junto con el apellido materno, Laverde, quedando Gabriel Laverde como ya se puede ver en los últimos dibujos y pinturas.
Bienvenidos y bienvenidas!